Bruselas.- Se necesita una reforma de la Política Agrícola Común (PAC) para que los subsidios directos a los productores agrícolas y ganaderos se ajusten mejor a sus condiciones socioeconómicas, garantizando así que el apoyo se otorgue realmente a aquellos que más lo necesitan, en lugar de favorecer simplemente a los propietarios de las mayores extensiones de tierra.
Esta recomendación se encuentra entre las conclusiones de un informe redactado por un grupo de treinta especialistas, en el ámbito del denominado Diálogo Estratégico sobre el futuro de la Agricultura en la UE, una iniciativa que empezó su andadura en enero de este año durante una temporada de protestas agrícolas y que ha servido de encuentro para delegados del sector, comunidades rurales y académicos.
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El documento señala específicamente que el esquema actual de subsidios directos se encuentra poco vinculado a las necesidades socioeconómicas de los agricultores. Por lo tanto, debería enfocarse en la «sostenibilidad» de la actividad económica de cada individuo, en lugar de en los apoyos por extensión de tierra que dominan el sistema actual.
De acuerdo con los expertos, es fundamental que esta revisión esté preparada para la próxima reforma de la PAC, que se espera para el período 2028-2035, con el fin de prevenir el abandono de tierras agrícolas, asegurar un ingreso digno para los trabajadores del sector y enfocarse particularmente en agricultores de “áreas con limitaciones naturales”, aquellos con pequeñas parcelas o jóvenes.
Las propuestas de este equipo, liderado por el alemán Peter Strohschneider, ex presidente de la Fundación Alemana de Investigación DFG, se presentaron en una conferencia de prensa junto a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y servirán de guía para las acciones en este campo en los albores del nuevo gobierno comunitario.
«No partimos de cero, pero todos somos conscientes de que es necesario avanzar más (…) Debemos incrementar nuestros esfuerzos y así lo haremos para proteger nuestras explotaciones agrícolas y conseguir que el sector agroalimentario sea más resiliente, competitivo y, a su vez, más sostenible», expresó Von der Leyen durante el acto.
Requisitos verdes
En este último punto, Von der Leyen destacó el cambio de perspectiva adoptado por Bruselas recientemente, favoreciendo los «incentivos» y poniendo énfasis en la «confianza» hacia los profesionales en lugar de optar por una «microgestión», lo cual implicaría, por ejemplo, solicitarles constantemente fotografías para verificar el cumplimiento de los estándares medioambientales.
De forma similar, el informe de los especialistas sugiere implementar un esquema de pagos «basado en resultados» que asegure un ingreso suplementario «predecible» para los agricultores y ganaderos por cumplir estas metas.
Además, el informe recomienda la creación de un sistema europeo que unifique el método para evaluar la sostenibilidad, basándose en «metas, principios y criterios comunes», que permita medir el punto de partida de cada sector y granja para «facilitar las comparaciones».
Asimismo, el documento solicita a Bruselas una «mayor coherencia» entre su política medioambiental y comercial, instando a «revisar la aproximación a las negociaciones (comerciales) en el sector de la agricultura y la industria agroalimentaria».
Según estos expertos, la Comisión debería «reconocer la importancia estratégica» del sector en las negociaciones comerciales y evaluar cómo realizar análisis de impacto antes de empezar diálogos con socios internacionales.
Menos consumo de carne
Por otro lado, el documento considera que tanto Bruselas como los estados miembros deberían promover políticas de demanda que incentiven sistemas alimentarios «equilibrados y sostenibles», que favorezcan también dietas saludables que sean «accesibles, económicas y atractivas».
En este contexto, los expertos aconsejan a la UE respaldar la tendencia actual hacia un menor consumo de productos de origen animal y una mayor presencia de proteínas vegetales en la dieta.
«Para mejorar el equilibrio sostenible entre el consumo de proteínas animales y vegetales en la población europea, es crucial apoyar esta tendencia inclinándola hacia opciones vegetales y asistiendo a los consumidores en esta transición», indica el informe.
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