Llamado de la AIE: Baterías como parte de la transición energética

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha lanzado un llamado urgente para multiplicar por seis la capacidad mundial de almacenamiento de energía hasta alcanzar los 1,500 GW para el año 2030. Este aumento masivo en el almacenamiento de energía es esencial para lograr el objetivo de triplicar la generación de energías renovables, un pilar fundamental en la lucha contra el cambio climático.

Papel crucial de las baterías

Según el informe de la AIE, las baterías deberán representar el 90% de esta capacidad de almacenamiento proyectada, mientras que el restante 10% corresponderá a instalaciones de bombeo de agua. Las baterías, cuya capacidad deberá multiplicarse por siete para 2030, son descritas como “la clave” para la transición energética y el abandono de los combustibles fósiles.

Beneficios ambientales y económicos

La adopción masiva de vehículos eléctricos, impulsada por el crecimiento de las baterías, tendrá un impacto significativo en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Para el año 2030, se estima que la flota de vehículos eléctricos evitará el consumo de 8 millones de barriles de petróleo diarios, contribuyendo así a la mitigación del cambio climático.

Además, la combinación de paneles solares fotovoltaicos y baterías ya es competitiva con las nuevas plantas térmicas de carbón en India, y en pocos años lo será también en comparación con las plantas de gas en Estados Unidos y las de carbón en China.

Despliegue acelerado de las baterías

El despliegue de las baterías ya está en marcha. En 2023, fueron la tecnología energética de mayor crecimiento, con un aumento del 130% en su uso en el sector de generación, sumando 42 GW de capacidad. Además, las ventas de vehículos eléctricos alcanzaron casi 14 millones de unidades, en comparación con los 3 millones de 2020.

A finales de 2023, había cerca de 45 millones de vehículos eléctricos en el mundo y una capacidad de almacenamiento de 85 GW en el sector energético, en contraste con los 1 GW existentes en 2013.

Avances tecnológicos y reducción de costos

La AIE destaca que el precio de las baterías de iones de litio se ha desplomado un 90% desde 2010, mientras que sus densidades energéticas y su duración se han multiplicado. Se prevé que el coste de estas baterías caiga un 40% adicional entre 2023 y 2030, y seguirá disminuyendo aún más.

Además, la entrada en servicio de las baterías de estado sólido ofrece un potencial de “enormes” ganancias en términos de rendimiento, lo que podría impulsar aún más la adopción de tecnologías de almacenamiento de energía.

Desafíos y oportunidades en el suministro de minerales

El rápido crecimiento de la demanda de baterías también plantea desafíos en cuanto al suministro de los minerales necesarios para su fabricación. Los principales minerales requeridos son el litio, el cobalto, el níquel y el grafito. Según estimaciones de la AIE, la demanda de litio para baterías podría aumentar en un factor de 60 para 2030.

Esto ha generado preocupaciones sobre posibles cuellos de botella en el suministro y la necesidad de asegurar cadenas de suministro resilientes y sostenibles. La AIE insta a diversificar las fuentes de estos minerales, desarrollar el reciclaje de baterías y promover la exploración y extracción responsable.

Inversiones y políticas públicas necesarias

Para aprovechar plenamente el potencial de las baterías y facilitar la transición energética, serán necesarias inversiones masivas en toda la cadena de valor, desde la extracción de minerales hasta la fabricación y reciclaje de baterías. La AIE estima que se requerirán inversiones acumuladas de 3.6 billones de dólares en el sector de baterías para 2030.

Además, se necesitarán políticas públicas sólidas para impulsar la adopción de vehículos eléctricos, incentivar el despliegue de sistemas de almacenamiento de energía y promover la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías de baterías más eficientes y sostenibles.