El Instituto Nacional de Aeronáutica Civil de Venezuela (Inac) ha anunciado que la suspensión de vuelos se extenderá hasta el 30 de septiembre. Esta medida impacta tanto a las aerolíneas que funcionan en el área como a viajeros venezolanos y extranjeros que dependen de estas rutas.
La restricción original se originó como una medida preventiva del gobierno de Nicolás Maduro frente a potenciales riesgos a la seguridad nacional. De acuerdo con una declaración del Ministerio de Transporte, esta decisión se tomó basada en “la sospecha de que la aviación civil pudiera ser utilizada para propósitos no alineados con los principios de seguridad”.
El ejecutivo argumenta que este paro es crucial para salvaguardar a los ciudadanos y asegurar la estabilidad del espacio aéreo de Venezuela. No obstante, la ausencia de explicaciones detalladas sobre estas supuestas amenazas ha causado dudas y preocupaciones entre diversos grupos.
Los afectados, incluyendo viajeros y empresarios, han manifestado su alarma por las consecuencias económicas y logísticas de este cierre. Esto es particularmente relevante en momentos donde la conectividad aérea es vital para la reactivación económica de la nación.
La prohibición de vuelos comerciales hacia Panamá, Perú y República Dominicana seguirá vigente, luego de que el gobierno venezolano optara por prolongar esta restricción impuesta a finales de julio. Aunque se ha defendido la medida como esencial para la seguridad aérea del país, ha originado controversia entre los ciudadanos.
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