Atracadores mataron a comerciante
Unos ladrones, que se encuentran bajo intensa búsqueda por parte de los detectives de homicidios de la estación 1, en el distinguido vecindario de Soho, en el Bajo Manhattan, asesinaron a Javier Osorio Mejía, un empresario dominicano en el sector de tenis, de 31 años, disparándole en la pierna para sustraerle una prominente cadena de oro que portaba, así como otros objetos de valor.
En el lenguaje dominicano, a las cadenas grandes se les denomina “cadenón”.
El disparo, recibido por el empresario en la pierna, le causó la muerte por desangramiento en el hospital Bellevue en Manhattan, adonde fue llevado por personal médico.
Según allegados y amigos de Mejía, este se contaba entre varios ex reclusos que, después de cumplir con sus condenas, decidieron buscar un futuro próspero a través del emprendimiento, alejándose de la vida en las calles.
Residente en Bayona, Nueva Jersey, Mejía operaba un puesto de venta de tenis y, aparentemente, había sido objetivo de los asaltantes que lo acabaron matando.
La policía informó que Mejía fue hallado a las 5:30 de la mañana, con múltiples impactos de bala en la pierna, en la calle Greene en Soho, siendo posteriormente declarado fallecido en dicho hospital.
Mejía fue atacado mientras se encontraba dentro de su camioneta, estacionada frente al número 43 de la calle Greene.
Era padre de una niña de 2 años y estaba de regreso de un viaje desde Queens a su hogar en Nueva Jersey cuando sucedió el ataque.
Supuestos asaltantes lo confrontaron con el objetivo de robarle ciertas joyas, disparándole en la pierna como resultado.
Mejía había iniciado el negocio de los tenis junto a un amigo, convirtiéndose en socio.
Se le describía como un individuo pacífico, sin conflictos conocidos ni malas actitudes hacia los demás.
El atraco y posterior asesinato ocurrieron cerca de la intersección de las calles Greene y Grand, una zona reconocida por sus tiendas de marcas prestigiosas.
Los investigadores suponen que fue víctima de un robo que terminó de la peor manera.
Testigos encontraron su ropa ensangrentada y un par de zapatos deportivos verdes junto a un jeep Range Rover en la escena del crimen.
Actualmente, la policía realiza un barrido por los comercios y edificaciones cercanas en busca de imágenes de cámaras de seguridad que pudieran haber captado a los responsables del hecho.
Este lamentable incidente constituye el duodécimo atraco en Soho durante el año en curso y el segundo homicidio registrado bajo la jurisdicción de la estación 1.
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