En un esfuerzo conjunto, los doctores Dorothy Kronick y Walter Mebane, destacados por su pericia en democracia y análisis de elecciones, se han dedicado a la evaluación científica de los comicios realizados el 28 de julio de 2024 en Venezuela.
Intrigantemente, este no es el primer rol importante que desempeñan en la escena política latinoamericana, ya que habían tenido una participación decisiva en las elecciones de Bolivia durante el 2019, cuestionando un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) que ponía en duda el triunfo de Evo Morales.
Aplicando métodos análogos en esta ocasión, examinaron las actas electorales venezolanas divulgadas por la facción opositora, concluyendo de manera rotunda que González Urrutia emerge como el ganador legítimo de la contienda presidencial del 2024.
El enfoque de la dra. Kronick abarca el mecanismo de votación implementado en Venezuela, caracterizado por un sistema de “triple verificación” diseñado para sostener la integridad del sufragio.
Dicho mecanismo, celebrado previamente por personalidades como Jimmy Carter, busca alinear los comprobantes en papel, las actas físicas y los registros electrónicos para reflejar con exactitud la elección del pueblo.
Según Kronick, quien mantiene su análisis al día, la “huella de papel” producida en el proceso electoral invalida casi completamente cualquier posibilidad de fraude o alteración de resultados por parte de los opositores.
Por su parte, el dr. Walter Mebane ha implementado su modelo de “eforensics” para estudiar las 25.073 actas electorales oficiales disponibles. Este procedimiento se destaca por identificar anomalías en los resultados electorales a través de un detallado análisis estadístico.
Al enfocarse en Venezuela, Mebane detectó tan solo dos actas con signos sugestivos de fraude, lo cual es insignificante frente a los 10.8 millones de votos examinados. El reporte enfatiza una ventaja de 3.9 millones de votos para González Urrutia sobre Maduro, legitimando aún más el éxito de la oposición. Este análisis desmiente las acusaciones de conspiración global promulgadas por Maduro y evidencia la transparencia y exactitud del proceso electoral defendido por la oposición venezolana.
Mientras que la investigación de Kronick y Mebane refuta las afirmaciones de fraude gubernamental, Venezuela continúa enfrentando una situación de alta tensión y complejidad.
El ambiente se encuentra cargado de protestas, enfrentamientos y un aumento de la represión por parte del estado. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), alineado con el chavismo, está finalizando lo que afirma ser una auditoría de las pruebas electorales, aunque la ausencia de transparencia ha alimentado la desconfianza tanto nacional como internacionalmente.
Fuente: Infobae
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